Las redes se inundan con frases como “Viajar te cambia la vida”, lo que no te dicen es que también está cambiando el planeta, pues el turismo provoca un 10% de las emisiones de gases en todo el mundo.
Cuando cambiamos nuestro estilo de vida masivamente, podemos modificar el entorno y el funcionamiento del planeta entero, porque somos la especie dominante. En los últimos años el turismo ha experimentado un boom tal que en los países que lo desarrollan significa entre en 5 y 15% del PBI. Viajar se ha convertido en parte de nuestra vida como nunca antes gracias a la publicidad y al marketing. Y no se trata de dejar de viajar, pero si asumir la responsabilidad individual y de especie, para mitigar el impacto que generamos como turistas en los lugares que visitamos, sobre todo en parques naturales o lugares protegidos.
Mejor prevenir que curar. Un ejemplo claro de esto es la bahía de Maya, localizada en la isla de Phi Phi Leh, en Tailandia. Es famosa por ser la locación de la icónica película de Leo DiCaprio “La Playa”. Esta paradisiaca bahía estuvo cerrada desde 2018 a causa del daño causado por el turismo masivo que sufrió durante 23 años, desde cuando se dio a conocer gracias a la película. Actualmente recibe turistas con limitación de aforo y sin poder bañarse. Hace unos días se conoció la noticia de que el estudio cinematográfico 20 Century FOX fue obligado a pagar 273.000 usd aproximadamente, por daños causados al ecosistema durante el rodaje, para ser utilizados en la rehabilitación ambiental del lugar.
Rehabilitación del coral en Maya Bay, Tailandia.
Otro caso de impacto ambiental causado por el turismo es el daño realizado al ecosistema que rodea al al árbol más alto del mundo: Hyperión (115.85 mts) en el Parque Nacional Redwood en California. Actualmente está prohibido visitarle y cualquiera que sea sorprendido cerca del árbol puede enfrentarse a seis meses de cárcel y a una multa de 5.000 dólares. El árbol sufre problemas de erosión además de problemas secundarios derivados de la afluencia de personas. "Había basura y la gente estaba creando aún más senderos laterales para usar el baño. Dejan papel higiénico usado y desechos humanos; no es algo bueno. Como visitante, debes decidir si serás parte de la preservación de este paisaje único, o serás parte de su destrucción", dicen las autoridades del parque en un comunicado.
Hyperión, el árbol más alto del mundo en peligro.
Las plantas limpian el ambiente generando oxigeno mientras nosotros incidimos en nuestro entorno más de lo que pensamos. Cada minuto afectamos el ambiente 16 veces, pues exhalamos dióxido de carbono (Co2) cada vez que respiramos, pero bueno, eso no podemos dejar de hacerlo... entonces, algunos decidimos no reproducirnos, reciclar o usar bici en vez de auto, entre otros. Cada quien puede aportar a su manera.
El Co2 que exhalamos también lo emanan aviones, autos, buses y demás medios de transporte impulsados por combustible, está relacionado con el efecto invernadero y la cantidad generada de estos gases dentro de la actividad turística es llamada -huella de carbono turística-. “Los incendios forestales, la tala de árboles y las fogatas, son también responsables de la huella de carbono, siendo el smog del transporte una de las mayores amenazas” según el Ingeniero Eder Pinzón de Parques Nacionales Naturales de Colombia.
Si bien no podemos controlar las políticas de las empresas involucradas, si podemos exigir y presionar. No olvidemos que, así como nos presentan tendencias también deben seguirlas. No está de más apoyar organizaciones y empresas con iniciativas ecológicas. También podemos realizar pequeñas acciones cuando viajamos que aportan mucho: Llevar nuestra propia botella y no pedir ni aceptar bolsas de plástico durante nuestra estadía; generar la mínima cantidad de basura posible; consumir productos autóctonos y locales; ser imperceptible para la fauna y flora e informarse antes de viajar sobre las particularidades del lugar. Esto es fácil y podemos hacerlo.
La raza humana representa tan solo el 0,01 de la vida en la tierra. Sin embargo, hemos logrado extinguir hábitats y especies, que sin nuestra intervención no hubieran encontrado ese final en tan corto tiempo. Siendo tan pocos en número, se evidencia un amplio poder de destrucción, como de creación. Pero para poder vincularnos positivamente con nuestro entorno vital debemos cambiar la mirada antropocéntrica y con humildad incorporar a nuestro ser y cultura la convicción de que “todo poder contiene una gran responsabilidad”.
La tierra es nuestra responsabilidad y todo lo que habita en ella, somos los hermanos mayores de cientos de especies, y lo que realmente nos diferencia del resto de la naturaleza es que nosotros, siempre, podemos hacer algo al respecto, de todo. Caminemos y conozcamos nuestra casa con respeto.
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